jueves, 1 de noviembre de 2012

Rioglass Solar planea prorrogar el ERE aplicado a sus plantas desde agosto

La dirección de Rioglass Solar y los sindicatos se reunirán para intentar consensuar una prórroga del expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a las factorías de Sovilla (Mieres) y Villallana (Lena) y que viene arrastrado desde el pasado mes de agosto. La empresa ya ha informado a la plantilla que las dificultades que existen para dar salida a los pedidos hacen que, en estos momentos, resulte inviable la actividad en las citadas fábricas. En principio, los cerca de 200 trabajadores que llevan tres meses regulados deberían volver al trabajo el 1 de noviembre.
Los responsables de Rioglass Solar, esperan poder cerrar con los sindicatos las condiciones del nuevo ERE. Los contactos mantenidos los últimos días apuntaban a una prórroga de un mes, aunque no se descarta que el parón de la actividad se mantenga incluso hasta finales de año. El problema radica en que un gran número de trabajadores ya tienen consumida buena parte de su prestación por desempleo debido al largo ciclo de regulaciones por el que está pasando la compañía.
Las fuentes sindicales apuntaron que Rioglass Solar tiene actualmente un «stock» muy importante. El problema de las fábricas no es tanto la falta de pedidos como el hecho de que las empresas a las que suministran los materiales no ofrecen garantías de pago. Según explicaron fuentes internas, «no es conveniente que se siga almacenando material que no se puede vender por el momento».
La dirección convocó a los sindicatos para informar sobre la situación y plantear la ampliación del ERE. En un principio, se puso sobre la mesa que el ajuste continuase durante noviembre, a la espera de que aumente la carga de trabajo. La decisión final podría tomarse hoy. No se descarta que los trabajadores sigan en sus casas hasta finales de año.
La pasada primavera, las fábricas de Rioglass Solar de Mieres y Lena salvaron el primer ERE que había planteado la empresa. La dirección acordó aparcar el ajuste en abril, tras firmar un acuerdo con el sindicato mayoritario, SOMA-FITAG-UGT, en el que renunciaba a regulaciones y despidos a cambio de reducir complementos salariales a la plantilla. Tan solo tres meses más tarde, el acuerdo perdió su validez. La dirección de la empresa volvió a poner sobre la mese un nuevo ERE que los sindicatos terminaron por aceptar, pero con algunas condiciones para aliviar el impacto de la regulación sobre la plantilla.

Vía.lne.es

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