Al anuncio de la venta de EVO a Apollo en septiembre del 2013, el principal mensaje iba destinado al
personal. Su. NCG, subrayaba que el
acuerdo permitía "mantener el empleo y la red de oficinas" de la que
fuera su marca exterior, con 590 trabajadores en aquel momento y 80 sucursales.
Días después, tras cerrar un pacto con los sindicatos para rebajar el salario.
"El acuerdo asegura la plantilla"-
Un año después, el fondo se prepara para aplicar un
Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que los trabajadores prevén "muy
elevado”, sus estimaciones apuntan a que el recorte podría alcanzar los 500, a
más del 40% entre los 1.200 efectivos que Apollo suma con EVO y las otras
filiales españolas que ha ido adquiriendo.
Pese a llegar a una morosidad de solo el 0,04%, EVO acabó el
primer semestre del actual 2014 con 28,7 millones de euros de pérdidas y una
tasa de impagos que roza ahora el 0,3%. Tiene 712 millones de euros en créditos
concedidos y 2.253 millones en depósitos. La red comercial se reparte en 75
oficinas, con 602 trabajadores.
El ERE, según la información trasladada en una primera reunión con los
sindicatos, se centrará en AvantCard, EVO y Finanmadrid, la entidad de
préstamos al consumo que Bankia le vendió en marzo de 2013, de nuevo con la
idea de que la operación conservaría el puesto de sus 124 trabajadores. Sin
embargo, la filial, integrada ya bajo EVO, pasó por dos EREs que supusieron una
reducción de más del 60% de la plantilla. Los representantes del personal consideran que hay 21 oficinas que podrían verse afectadas por el ajuste, ya sea mediante el cierre o su reorganización, además de los servicios centrales.
La intención es un giro en el modelo de negocio, con muchas menos sucursales y el servicio de un call center, muy parecida a la dinámica que sigue ING.
Está visto que la operación de Apollo estaba perfectamente planeada. Saben lo que quieren y como lo quieren. A los empleados, como siempre, les toca pagar el pato.
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