Al anuncio de la venta de EVO a Apollo en septiembre del 2013, el principal mensaje iba destinado al
personal. Su. NCG, subrayaba que el
acuerdo permitía "mantener el empleo y la red de oficinas" de la que
fuera su marca exterior, con 590 trabajadores en aquel momento y 80 sucursales.
Días después, tras cerrar un pacto con los sindicatos para rebajar el salario.
"El acuerdo asegura la plantilla"-
Un año después, el fondo se prepara para aplicar un
Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que los trabajadores prevén "muy
elevado”, sus estimaciones apuntan a que el recorte podría alcanzar los 500, a
más del 40% entre los 1.200 efectivos que Apollo suma con EVO y las otras
filiales españolas que ha ido adquiriendo.

Los representantes del personal consideran que hay 21 oficinas que podrían verse afectadas por el ajuste, ya sea mediante el cierre o su reorganización, además de los servicios centrales.
La intención es un giro en el modelo de negocio, con muchas menos sucursales y el servicio de un call center, muy parecida a la dinámica que sigue ING.
Está visto que la operación de Apollo estaba perfectamente planeada. Saben lo que quieren y como lo quieren. A los empleados, como siempre, les toca pagar el pato.
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