Trabajadores de la aerolínea francesa Air France agredieron a miembros de la dirección en el
momento en el que anunciaban el despido de 2.900 empleados, los primeros de la
historia de la compañía.
El presidente de Air France, Frédéric Gagey, abandonó de forma precipitada el lugar al ver entrar a
los trabajadores (todo un valiente) mientras
que estos, rodeaban al director de recursos humanos, Xavier
Broseta, a quien desgarraron la camisa como en la canción de los estopa.
Los sindicatos de la aerolínea habían convocado una jornada
de paros que ha tenido poca incidencia en el tráfico de la compañía, y una
manifestación en las puertas de la sede social de Air France, situada en las
proximidades del aeropuerto parisiense Charles de Gaulle.
Un grupo de trabajadores superaron las barreras de seguridad de la entrada al lugar
de la reunión, lo que provocó la suspensión del Comité y degeneró en incidentes
con algunos miembros de la dirección.
Según las cifras adelantadas, la empresa pretende prescindir
en los dos próximos años de 300 pilotos, 700 azafatas y 1.900 miembros del
personal en tierra, de los 64.000 trabajadores que tiene su plantilla.
El Gobierno socialista francés, que tiene el 17,6 % de las
acciones de la compañía, respalda los planes de la dirección, pero a través de
diversos ministros ha pedido que se recuperen las negociaciones.
La empresa les reclama más horas de vuelo por el mismo
salario, algo a lo que se niegan alegando que sus condiciones son peores que
los de colegas de otras aerolíneas, como Swiss Air, British Airways o KLM,
socia de Air France.
Se ha pasado de una negociación por el salario a
directamente realizar despidos. Como siempre para sacar beneficios se mete la
tijera a los empleados. Es la única idea de los ejecutivos actuales aparte de
subirse los bonus.
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