
Phone House, cuya actividad consiste en la prestación de
servicios de captación de abonados para los distintos operadores españoles, así
como la comercialización de dispositivos y servicios móviles, está cerrando su
negocio. La compañía pasó a tener 307 tiendas frente a las 356 del año
anterior; y 178 franquicias, por 198 del periodo precedente. Esto supone el
cierre de 65 establecimientos.
Obviamente esto conlleva despidos. De 2.124 trabajadores de
media pasó a 1.951. El puesto de comercial fue el que más sufrió, mientras que
la alta dirección se mantuvo sin despidos. Como siempre pasa.
La compañía después de 19 años en España y habiendo llegado a tener 2.300 empleados y
más de 500 tiendas, se encuentra en un momento de inflexión a la vista de los
últimos resultados. Este año será vital para saber si remonta el negocio, o
sigue cayendo.
Todo ello, en el ámbito de la unificación y compra de las
telecos en los que 3 gigantes se reparten el pastel, la competencia ya es inexistente
y gracias ello se permiten el lujo de volver a subir tarifas.
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