La entidad, con sede en Zaragoza, estudia la presentación de
un expediente de regulación de empleo que afectaría a 600 empleados,
aproximadamente el 10% de la plantilla actual, es la fórmula más fácil que barajan sus responsables para lograr
mejorar más rápidamente la rentabilidad del banco todo ello en su prevista
salida a bolsa.
El ERE es la marca de Ibercaja para elevar su rentabilidad. En 2013, Ibercaja adquirió Caja3 y absorbiéndolo un año
después. Todo ello con ayudas públicas.
Caja 3 estaba integrada por Caja de
Ahorros de la Inmaculada, Caja Círculo Católico de Burgos y Caja Badajoz.
Desde entonces, Ibercaja no ha parado con su baile de
despidos a un ritmo de un ERE por año.
En 2013, el número de salidas aprobadas fueron 243; en 2014, 287; y en 2015,
300. La cifra acumulada asciende a 830 sobre una plantilla de 5.566 trabajadores.
El último expediente se cubrió íntegramente a través de
prejubilaciones, a las que se adhirieron empleados de 58 años o más con una
antigüedad mínima de diez años en la entidad. La oferta económica ascendía al
80% del último salario neto anual más una prima adicional lineal de 12.000
euros.
Seriamente hay que preguntarse en que se ha utilizado la ingente
ayuda a la banca ya que el sector ahora mismo solo es una rémora para la
sociedad.
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