El banco Popular esta de ajuste y como siempre, empiezan con
despidos y cierres de oficinas. Lo
primero ha sido presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) para
finales de este mes de septiembre, todo ello aderezado de prejubilaciones y
bajas incentivadas.
Como es un banco y saben mucho de números ya han fijado en 2.800 el número de trabajadores afectados.
De estos, 500 empleados, corresponderá a los servicios centrales. El resto serán
de la red de oficinas.
Según el nuevo
director que de esto también sabe, será "un plan de optimización operativa,
con el objetivo de reducir costes para mejorar la eficiencia de la entidad,
situada ya entre las mejores del sistema financiero español por este
concepto".
El grupo espera ahorrar con este plan de despidos 175
millones de euros a partir del próximo año. A su vez, exigirá una inversión
estimada de 375 millones, que ya estaba recogida en las previsiones del plan
2018.
La intención de Popular es utilizar la vía de las
prejubilaciones, porque cuenta con casi 3.000 empleados que tienen más de 55
años. Es lo más barato para ellos y
tienen mucha practica tal y
como hicieron cuando adquirió el banco Pastor. Entonces, se firmó un acuerdo de
prejubilaciones durante tres años con 800 prejubilaciones, de las que 450
correspondían a empleados de Popular y 350 a los de Pastor. Todos ellos tenían
edades comprendidas de entre 59 y los 61 años y percibieron un sueldo de
prejubilación de entre el 80 y el 90%, aproximadamente, del salario de
Convenio, menos las cuotas de la Seguridad Social que como no corren a cargo
del trabajador.
En estos momentos, parece que los sindicatos están a la
espera que ya esta semana el banco les pueda
ofrecer algún detalle más ya que como en la banca se aprecia mucho las viejas
costumbres, aún se está en el horario de
periodo estival que como es sabido es el más largo y dura hasta el 30 de septiembre.
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